La Náutica es el reflejo de la innovación y desarrollo aplicados a un sector tradicional y en constante evolución. Producto de esta necesidad de continuidad y expansión así como de nuevos proyectos para satisfacer el mercado, en el año 2009 la empresa emprende dos vías estratégicas: un sistema de franquicias y el reforzamiento y mejora de su canal de ventas online.
La Náutica ya contaba con una larga trayectoria en la comercialización de productos náuticos con una presencia en España y Francia, este último un país con mucha afición. Su éxito en los canales de distribución más tradicionales era sólido y su presencia online empezaba a tener un importante retorno de la inversión en un sector donde las ventas digitales no formaban parte todavía de los hábitos de compra en este segmento. Su ADN era el de una empresa en constante búsqueda de nuevos caminos. Producto de esta necesidad de continuidad y expansión así como de nuevos proyectos para satisfacer el mercado, en el año 2009 la empresa emprende dos vías estratégicas: un sistema de franquicias y el reforzamiento y mejora de su canal de ventas online.
Hasta entonces la imagen de la marca no había sido tratada de manera específica. No existía un planteamiento estratégico en este sentido. Su identidad visual era casual, improvisada. El color rojo era insignia de la marca, pero no había mucho más. Sin embargo En sus aproximadamente siete años de vida ya contaba con muy buena reputación por parte de su clientela habitual y un cierto nivel de notoriedad en el sector. Su expansión pasaba ahora por un plan de marketing en el cual uno de los objetivos estratégicos dentro de su marketing mix era un exhaustivo trabajo de branding y un elemento incondicional el trabajo sobre una identidad gráfica en la que solo el rojo original llega a conservarse. Este es el resultado.