Podríamos definir a Ji Lee como un diseñador o artista gráfico, conceptual, multidisciplinar, experimental...
Seguro que ya hay mucha gente (sin ser ni creativos, ni diseñadores) que ya conocen “Google Favourite Places”, un servicio gratuito donde se puede hacer una ficha de un negocio, que opera sobre Google Maps. Quizás ya no tantos conozcan un proyecto que saca de la pantalla el concepto para llevarlo a lugares reales; un proyecto llamado “Favourite Places on Google Maps” del diseñador coreano Ji Lee.
Para dicho proyecto se personalizaron los típicos globitos señalizadotes del mapa de Google Maps, y se llevaron a objetos reales, a escala real, para ser colocados en el lugar referenciado. En el proyecto han participado reconocidas personalidades como Al Gore, Tony Hawk o Moby entre muchas otras.
En la actualidad Ji Lee trabaja como director creativo de Google Creative Lab, gestionando el trabajo de un equipo multidisciplinar formado por diseñadores gráficos, de producto, programadores, directores de cine, etc.
Entender el trabajo de Lee es un poco complicado para aquellas personas que no estén metidas en el sector. Podríamos decir que es un creativo que se mueve entre el diseño gráfico, la publicidad, el marketing de guerrilla, la tipografías y las tecnologías de la información. Es decir, un trabajo muy actual.
Pero a mi me gusta ver a Lee como una buena referencia de una estética o más bien no-estética surgida a partir de la difusión de internet. Una estética del “por defecto” donde lo importante son los datos, la información, la utilidad y la función de la aplicación web, huyendo de elementos superfluos, decoraciones empalagosas, eliminando por completo los contenidos Flash… Una estética del “por defecto” que tienen como máximos ejemplos a la propia página de inicio de Google, Wikipedia, o Craiglist.
Una forma de trabajo que a muchos profesionales gráficos les puede resultar extraña al usar una única familia tipográfica, la Arial, obviamente el máximo exponente tipográfico del “por defecto”; tres tamaños de fuente, y una limitada paleta de colores.
Una tendencia estética a la que también se tiende en los productos comerciales y de alimentación, donde cada vez interesa más contar la verdad; el contenido del producto, sus características, huyendo de imágenes excesivamente comerciales. Se trata de ser coherentes al fin y al cabo con la propia naturaleza del producto y su contexto. Concepto lo más puro posible, sin florituras decorativas.
Sí, los trabajos de Ji Lee tienen una enorme carga conceptual, y esa estética que elimina lo superfluo los convierte en proyectos muy coherentes y con el equilibrio ideal para que el concepto cobre fuerza y comunique de verdad. No hace falta nada más en el trabajo de este profesional de la comunicación actual.